jueves, 13 de octubre de 2011

CONSTITUCION FEDERALISTA ANDALUZA

Constitución Federalista Andaluza de Antequera 1883, primer proyecto de autonomía
Martes 07 de Septiembre de 2010 | Fernando Repiso |

Conviene recordar que ya en 1883, Andalucía dispuso de un primer Estatuto con rango de Constitución Federal de los Cantones Andaluces, que fue inviable porque su fecha de redacción y presentación, coincidió con la más fuerte represión obrera que sufrió todo el país en aquel año. Esta iniciativa autonomista nació en las mismas circunstancias que el Pacto Autonomista Catalán y asumida después en su integridad por la Asamblea de Ronda de 1918 para la redacción del Estatuto de 1933 a punto de estar vigente durante la II República. No cabe la menor duda que la historia de nuestros antecedentes por la soberanía tiene una crónica similar con la de las otras nacionalidades del Estado.
Sin embargo no podemos olvidar que el sentimiento autonomista estuvo latente en Andalucía desde los comienzos de la guerra contra las tropas de Napoleón, defendiéndose en 1835 desde la Junta Soberana de Andujar la autonomía popular del municipio frete a una Ley que privilegiaba a la burguesía local, reduciendo la capacidad de elegible y elector a los mayores contribuyentes, el pueblo. Era claramente una lucha contra el caciquismo y se inició en la política municipal autonómica lo que se convertiría en reclamación de la soberanía andaluza.
Tampoco podemos olvidar el importante papel que jugó en el planteamiento autonomista de clase la insurrección popular promovida en 1861 por Rafael Pérez del Álamo, llamado “socialismo indígena”, iniciado desde los Campos de Loja e Iznájar. Más adelante, en 1868, Pérez del Álamo, junto con Ramón de Cala desde la Junta Revolucionaria de Sevilla, defendieron la legalidad del cantón y exigieron la inmediata convocatoria de Cortes Constituyentes.
Fue en el año 1869 cuando el catalán Valentín Almirall se expresó en el Pacto Republicano de Tortosa con las siguientes palabras: los estados que han de formar la Confederación Española han de ser los que en otros tiempos fueron reinos, principados o condados independientes...
En este mismo año, la iniciativa del autonomista catalán es secundada por los republicanos y liberales andaluces, y firman el Pacto Federal de Córdoba, que agrupaba a todas las provincias andaluzas, a la baja Extremadura y a Murcia. Este primer paso de los andaluces es secundado por los vascos, que firman su documento en Eibar; por los gallegos, que lo hacen en La Coruña, y castellanos en Valladolid. En Madrid, el 30 de Julio de 1869, coincidirán todos en el PACTO CONFEDERAL DE LOS PUEBLOS DE ESPAÑA, documento que firman el presidente de la Asamblea, el cordobés León Merino, Miguel Morayta por Castilla, Pí y Margall por el Pais Vasco-Navarro, Manuel Bes por Cataluña, Ricardo López por Andalucía y Eduardo Cano por Galicia. De su contenido se destacan los siguientes postulados:
- Los derechos individuales son absolutos, inalienables, y todo ataque de índole general contra alguna de las firmantes, constituye para todas y cada una de las federaciones el deber de defenderla a mano armada, siempre que no haya medios legales de reparación.
- Serán autónomos todos los órdenes del Estado, desde el municipal al nacional.
- La declaración incluye la alianza y unión de los representas de las distintas Asambleas de Tortosa, Córdoba, Eibar, Valladolid y La Coruña.
El centralismo no atendió las solicitudes de las distintas asambleas autonomistas, y Andalucía constituye el primer cantón en Málaga en el año 1873, siendo secundado por Sevilla, Córdoba y Cádiz. La represión no se hace esperar, y los planteamientos cantonalistas andaluces son aniquilados por el Ejército, al mando de los generales Pavía y Ripoll.
Transcurren diez años de silencio autonomista hasta que la Asamblea Republicana se reúne en Zaragoza y acuerda presentar en las Cortes un proyecto de Constitución Confederal, en la que los distintos pueblos tienen la oportunidad de conseguir sus aspiraciones políticas. Este paso puede ser considerado como el primer pilar en la construcción del futuro ESTATUTO DE ANDALUCÍA.
El crecimiento industrial trajo una nueva fuerza política con los movimientos obreros, el abandono del sector agrícola, las condiciones de trabajo del proletariado rural, el centralismo administrativo y de poderes de decisión, y paralelamente la toma de conciencia del pueblo andaluz, fueron las determinantes del nuevo esfuerzo por la AUTONOMÍA.

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