Político societario y autonomista del País Andaluz. Nace en Jerez de la
Frontera el 29 de Enero de 1827. Fallece en su ciudad natal de afección
cardíaca el 12 de Julio de 1902.

Estos factores hacen que la base del pensamiento de Cala sea la conjunción
de los principios liberales desarrollados en las doctrinas societarias; es lo
que varios tratadistas denominan democracia-radical. Su posterior evolución
hacia el pensamiento federalista de Pi y Margall, y, sobre toso, hacia su
peculiar visión cantonal y autonomista del País andaluz, contaría con esta
base.
Su actitud se inserta en el llamado socialismo humanitario. El mismo dice:
<<se me ha dicho que alguno de los oradores han hecho alusión a mis
opiniones socialistas… Se me figura que no es este momento de entrar en
explicaciones sobre el socialismo y el individualismo; sin embargo, yo puedo
decir que dentro de mi conciencia y de mi entendimiento están en armonía los
derechos individuales con las teorías socialistas>>.
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Pi y Margall |
En esta situación de clandestinidad, Cala intentaría proseguir sus estudios
(alterados por su intensa actividad política), pero los tiene que
interrumpir afectado por la epidemia de cólera-morbo que asoló Andalucía a
finales de 1856. En octubre de 1860 se matrícula en Derecho Romano, Economía
Política, Estadística, Derecho Político y Administrativo, Derecho Civil
Español, Historia Universal y Geografía; pero de nuevo, al aplicársele el
reglamento de asistencia a clase es dado de baja en su matrícula. Los
certificados médicos que aporta para justificarse, encubren, probablemente, su
dedicación a la política.
La defensa que hace del Instituto de Enseñanza Media de Jerez, cuando éste
iba a ser absorbido por el de Cádiz, nos muestra el gran interés de Cala en
todo lo que atañe a mantener y reavivar la cultura de su ciudad natal.
<<…Extraviarse de Jerez la enseñanza, perder su mas noble y honroso
establecimiento nuestra ciudad, la afamada en caudales, que gasta millones en
tender hasta el mar el primer ferrocarril de Andalucía, que piensa arrancar un
río de su histórico cauce, que proyecta suntuosos teatros y que, por último
arrebatada por una humorada andaluza de rumbo y desprendimiento, concibe la
idea de edificar una plaza de toros; extraviarse, repito, de Jerez la enseñanza
por esconder quince mil duros, sería un fenómeno que nos mancharía la frente
con los colores de la vergüenza… Y una idea que me queda por indicar, que tiene
relación con la enseñanza, y concluyo: todos clamamos por el establecimiento de
una Biblioteca Pública>>.
La participación que Cala tiene en el fallido pronunciamiento de 1866 le
valió el destierro en Francia. Aprovechó este tiempo para hacer un estudio de
la Comunidad parisina, publicando Los comuneros de París, al que la crítica le
ha señalado el gran sentido histórico de este relato, indicando el excepcional
valor del ejercitar la traslación de unos hechos ocurridos en Francia a nuestro
país.
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Fermin Salvochea |
Ramón de Cala |
Fracasado el intento revolucionario de Junio de 1866, los demócratas
radicales gaditanos comenzaron a preparar con Prim el pronunciamiento. Figuraba
como agente de Prim, don Antonio Pérez de la Riva, quien realiza importantes
contactos con las guarniciones de Sevilla, Ceuta, San Fernando y Cádiz. Le auxiliaban
en su trabajo Ramón de Cala, Carrasco, Guilén, La Rosa y Salvochea.
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Juan Prim |
A pesar de la negativa de Prim, a que en el pronunciamiento participaran
las milicias civiles populares, Cala y el grupo demócrata siguieron en su
política de movilizar al pueblo y entregarle las armas. <<…En una reunión
que se celebró en mi casa –escribe Paúl- para ponernos de acuerdo los que por
la revolución trabajamos, llegamos a juntarnos algunos centenares de hombres,
todos republicanos. Manteníamos una activa correspondencia con las principales
poblaciones de la provincia; ninguno perdonaba penalidad ni esquivaba peligros
cuando cedía en bien del fin común, y a pesar de ser escasos nuestros propios
recursos pecuniarios, y de estar tan vigilante y despierta la policía, logramos
enviar no pocas armas a Ceuta y repartir otras en la provincia de
Cádiz…>>.
El sentido jerárquico militar de Prim y sus veleidades conservadoras hacía
que no comprendiera y, por tanto, se opusiera a las acciones de movilización
popular que proponían los demócratas Paúl, Guillén, y el propio Cala. El
alzamiento que se había programado para el día 9 de Agosto se vio interrumpido,
probablemente, por la reticencia de los generales ante la avalancha popular que
organizaron Ramón de Cala en Jerez, Paúl y Angulo en Cádiz, y Pérez del Alamo
en Sevilla. Estas dilaciones de los militares hacen que el partido demócrata y
republicano forzara la sublevación, teniendo Cala un protagonismo evidente.
Paúl escribe: <<Habiendo consultado a los ciudadanos Guillén, Cala, La
Rosa, Salvochea y demás amigos, concurrí a una reunión que tuvieron los
señores Peralta, Ayala, Rancés y Vallín>>.
Los demócratas temían la posibilidad de un intento de proclamación real del
duque de Montpensier, a lo que se oponían: <<…porque el pueblo andaluz
era republicano>>, o al menos así lo creían Cala y sus compañeros.
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